Quieres decir algunas palabras? Me preguntó “El Duende”, No puedo! Le contesté con un fuerte nudo en la garganta.
Aunque por razones de edad, en los registros de mi memoria no aparece nada relacionado con aquella memorable noche inaugural de “La Casa” (tenía 10 años en ese momento), lo cierto es que crecí y maduré admirando el trabajo tesonero por el arte y la cultura de aquel “barbudo”.
Nunca he llevado la cuenta de las veces que he atravesado el umbral de la puerta de Casa de Teatro, unas veces para ver una que otra obra, otras para “sufrir” una canción de la nueva trova interpretada con uno de sus hijos o por uno de sus autores originales u otras tantas para simplemente deleitarme mirando, observando, ecuchando.
Pero la noche del pasado 31 de julio cuando “La Casa” cerraba con broche de oro las festividades de su 36 aniversario con la premiación del concurso internacional de cuento y poesía, al atravesar la puerta sentí un vuelco en el corazón producto de la inseguridad que me causaba participar por primera vez en un certámen de tal envergadura.
Cuando “El Duende” hacía su reseña del dilecto Arturo Rodríguez Fernández de cómo evaluaba y escudriñaba cuál policía de la literatura los cuentos que concursaban cada año, sentí envidia de los que habían participado anteriormente. Por un momento me imaginé a Arturo subrayando cada párrafo, releyendo las vicisitudes de mi Rebeca. Sufriendo como he sufrido yo cada vez que re-leo la historia de aquella mujer pueblerina engañada una y otra vez con un “cuento chino” de una mejor vida para finalmente llevarla a prostituírse en tierras lejanas.
Cuando después de un puñado de menciones de honor y dos premios que correspondían al tercer y segundo lugar escuché el nombre del cuento ganador mi corazón se paralizó por un instante.
A pesar de tantos y tantos años visitando Casa de Teatro con uno y otro propósito, aquel sábado fue mi bautizo oficial. “El primer lugar es para el cuento Rebeca” dijo la voz, y a seguidas escuché mi nombre en la propia voz de Freddy Ginebra (El Duende).
Confieso que me hubiese gustado que Arturo Rodriguez Fernández (fallecido) fuera parte una vez más del jurado. Estoy seguro que sostener una coversación con él después de anunciados los ganadores hubiese devenido en una interminable tertulia (eso es materia de un cuento).
No puedo dejar de agradecer a mi musa favorita Rocio MG, quién con nuestros “chateos” de madrugada inspiró más de uno de mis cuentos (Rebeca incluído), al honorable jurado por la selección de mi cuento para el primer lugar, a Freddy Ginebra por mantener contra viento y marea abierta “La Casa” de la cuál hoy me siento un habitante privilegiado y a los lectores de mi blog que siguen fielmente cada publicación y que con sus comentarios me animan a seguir adelante inventando cosas. Gracias a tod@s.