Le habían
quemado las pestañas mientras dormía, el fuerte olor a alcanfor disuelto en
lejía inundaba la humeda habitación de Magalys. Su nombre real era tan confuso
como los días que precedieron a su nacimiento aquella extraña noche de la
conjunción de los planetas.
En su cabeza
daban vueltas las imágenes de aquel oscuro pasillo en la vieja casona...
En la televisión encendida a lo lejos, el
murmullo del presidente en su discurso diario de buenas noches hacía alusión al
cometa que se vería desde las tierras del sur. La tragedia apenas
comenzaba........
No hay comentarios:
Publicar un comentario