jueves, 22 de julio de 2010

¿Hacia donde vamos?


Definitivamente este es un país donde la falta de orden terminará por destruirnos como nación. Desde hace años funcionarios de todos los niveles que se creen dueños del patrimonio que administran hacen y deshacen usando el poder de su investidura.

“Padres de familia” de todos los niveles, amparados en sus “necesidades”, en la “falta de oportunidades”, y en la impunidad establecida como “statu quo”, se adueñan de bienes que no les corresponden, desde robarse la energía eléctrica, los cables del servicio telefónico, las tapas de las alcantarillas, las luces de los postes, los rieles y travesaños de los ferrocarriles de caña, las maquinarias de los ingenios que no están operando, etc.

Llegamos al colmo donde los que te venden “cilindros de gas propano” de 100 libras te roban entregándote menos cantidad de la que pagas, dueños de supermercados te venden fundas de arroz de 10 libras que pesan nueve, los bodegueros “arreglan” su balanza igual que como hace años los pesadores de caña engañan a los picadores. Banqueros y dueños de financieras roban el dinero de los depositantes como si fuese una herencia personal. En fin, al parecer somos un moribundo sin dolientes.

Lo que aparece en esta fotografía tomada por una amiga dominicana residente en el exterior y de visita por la patria parece no tener gran significado sin embargo es el reflejo de hasta donde hemos llegado. Al igual que los cauces de numerosos ríos que han sido destruidos por las granceras, la playa de Los Patos y sus alrededores está siendo víctima de un saqueo de su suelo y subsuelo por recolectores de “piedra” que se la vende a “empresarios” que la utilizan en la construcción a sabiendas de que están causando un daño terrible al ecosistema del lugar.

Esto ocurre ante la mirada indiferente de las autoridades locales (tal vez incluso con la complicidad de los mismos). Esto mismo sucedió hace unos años en la casi desaparecida playa El Quemaíto en la misma región de Barahona.

¿Hacia dónde nos dirigimos como país? El sentimiento de impotencia que me embarga no me deja pensar, pero presumo que nuestro destino es muy triste.

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