Cada enero renacen en nosotros nuevas esperanzas, nuevas metas, nuevos proyectos. A veces hacemos una lista de metas tan largas que con suerte algunas llegan a semana santa.
Estudios, buenas notas, nuevo trabajo, libras menos, una casa, un viaje, cambiar el carro o comprar uno, otra cámara, un Ipad, publicar un libro, lo que sea, no importa cuán sencillas o complejas sean las metas del año, cada enero pensamos que podemos con todas. Creo que es parte de nuestra naturaleza humana, necesitamos una marca, un punto de inflexión para reflexionar y renovarnos. El nuevo año se convierte en un borrón y cuenta nueva. Pasamos balance, visualizamos, anotamos, decretamos, en fin, renacemos.
Espero que las metas que te hayas trazado puedas al finalizar el año sentirte satisfech@ de las que lograste. A mi los años me han enseñado que una lista corta para todo un año es suficiente, y con todo y eso, siempre algo se me queda. Ya pasaremos balance a mediados de año a ver como vamos, mientras tanto, aprovechemos el impulso que nos da cada enero.
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